Sin duda, la columna vertebral es una parte esencial del organismo, sin embargo, cada día aumentan más las patologías que la afectan. Según las estadísticas más del 90% de las personas presentarán algún dolor lumbar durante su vida, incluso alrededor del 5% de las licencias médicas emitidas por el Fondo Nacional de Salud son por causa de dolor lumbar agudo no ocupacional, y entre el 20 y 30% de la población general puede tener una hernia lumbar. Por otro lado, están las discopatías, que son los procesos previos a las hernias, están catalogadas por los expertos como “las arrugas de la columna”. Así como el cuerpo envejece por fuera (arrugas, canas, manchas en la piel), también tiene que envejecer por dentro, por lo tanto, con el pasar de las años las discopatías sí o sí irán apareciendo, pero no siempre serán responsables de un dolor o patología lumbar.
“Por ser tan común, se ha convertido en un problema de salud mundial, que cada vez afecta más a pacientes jóvenes. La hernia discal se produce principalmente entre la cuarta y quinta décadas de la vida (edad media 37 años), aunque se ha descrito en todos los grupos de edad, desde los 20 hasta los 80 años. Se ha observado que, a los 20 años, el 29% de la población ya presenta hernias discales lumbares, sin embargo, son “hallazgos” en la resonancia magnética y en la mayoría de los casos no se presenta dolor”, señala Cristóbal del Campo, kinesiólogo y quiropráctico de Clínica Talus.
¿Cómo prevenir las hernias discales?
Según los estudios, la predisposición genética es un factor muy importante, ya que si una madre y/o padre tiene alguna hernia discal en la columna, es un factor de riesgo y aumenta la probabilidad de que el hijo también la tenga. Pero, es importante mencionar que tener “predisposición” no es una “condena”, este factor genético puede contrarrestarse, así como también se pueden prevenir las hernias poniendo en práctica los siguientes consejos:
1.- Dejar de fumar: Se ha planteado que el tabaquismo disminuye el suministro de oxígeno a los discos, provocando que se deterioren más rápidamente.
2.- Controlar el peso: El exceso de peso corporal causa estrés adicional en los discos de la región lumbar, causando un desgaste y sobrecarga importante en la columna.
3.- Hacer actividad física: El ejercicio regular puede ayudar a prevenir una hernia de disco. Contrario a lo que muchos creen, los estudios han demostrado que el disco intervertebral es más robusto y sano en personas que levantan cargas y entrenan en gimnasios, así como en quienes practican el running de manera habitual.
Cristóbal del Campo, kinesiólogo y quiropráctico de Clínica Talus, comenta que “para diagnosticar una hernia lumbar, lo primero es que el paciente debe tener un dolor lumbar con irradiación al miembro inferior, bajo la rodilla, que no ha respondido o mejorado en un plazo de 6 semanas y que involucre afectación neurológica progresiva, con alteración de la sensibilidad del recorrido del nervio afectado, pérdida de fuerza y/o disminución de los reflejos o pérdida del control de esfínteres”.
Además agrega que “dependiendo del volumen de material herniado, puede haber compresión e irritación de las raíces nerviosas lumbares y del saco dural, representado clínicamente por un dolor neural de tipo radicular. Si bien, casi el 30% de los pacientes con hernia discal no tienen síntomas, si no son tratadas a tiempo las personas se pueden ver afectadas no sólo por el dolor, sino también en las funciones de su vida diaria como caminar, hacer ejercicio e incluso realizar sus actividades laborales”.
Finalmente, Cristóbal del Campo, explica que en la mayoría de los casos el tratamiento es más bien conservador y consiste en un tratamiento integral de kinesiología, rehabilitación, masajes e incluso quiropraxia, ya que la cirugía estaría indicada en casos de daño neurológico masivo, déficit motor progresivo y en casos que después de 6 semanas de tratamiento conservador el paciente no haya presentado evolución.
¡Recuerda que el dolor no se debe normalizar, ya que éste es una alerta de que algo está pasando en tu cuerpo!
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