En el último tiempo, las dudas sobre esta enfermedad son cada vez más frecuente, tanto así que se ha producido un sobre aumento de consultas médicas asociadas a esto.
El sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado o SIBO (Small Intestinal Bacterial Overgrowth) se ha convertido en un tema de interés en el último tiempo, principalmente porque en redes sociales podemos ver a muchas personas, mujeres principalmente, hablando de esta enfermedad que provoca hinchazón o distención abdominal, y que resulta ser sumamente incómoda para quien la padece.
Para comprender de mejor forma lo que es el SIBO, los docentes Víctor Sepúlveda y Claudia Villablanca de Nutrición y Dietética de UST Santiago, nos explican en detalle en qué consiste, cuáles son sus síntomas y cómo podemos tratarlo.
Antes que todo, los expertos señalaron que el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado «es una condición en la cual la cantidad de bacterias en esta parte del tracto digestivo supera los niveles normales. Este exceso de bacterias conlleva a la producción excesiva de gases, generando síntomas como la hinchazón y dolor abdominal».
Los síntomas del SIBO y cómo identificarlos
Sepúlveda y Villablanca explican que «los pacientes refieren quejas gastroenterológicas, siendo sus síntomas más característicos la hinchazón y el dolor abdominal, también puede ir acompañado de flatulencias, distensión abdominal, falta de apetito, y variaciones en los hábitos intestinales. Sin embargo, estos síntomas pueden confundirse con otras condiciones digestivas como el síndrome del intestino irritable o enfermedades inflamatorias intestinales».
«El diagnóstico se realiza comúnmente mediante pruebas de aire aspirado, un examen no invasivo que mide los niveles de hidrógeno o metano en el aliento después de consumir una solución de azúcar y agua», añadieron, respecto a cómo podemos identificarlo en nuestro organismo.
Los factores que afectan la microbiota en el SIBO
De acuerdo a los académicos, esta enfermedad puede ser causada por una variedad de factores que afectan el equilibrio bacteriano normal en el intestino delgado. “Los más comunes son disfunción motora intestinal, como el movimiento intestinal reducido, anomalías anatómicas como las fístulas intestinales, las diverticulosis o las cirugías previas en el tracto gastrointestinal (como cirugía bariátrica) y ciertas afecciones médicas han mostrado mayor prevalencia de SIBO, entre ellas la enfermedad de Crohn, enfermedad celiaca, enfermedades hepáticas (como la cirrosis), enfermedad diverticular, síndrome de intestino irritable, dispepsia funcional, entre otros», señalaron.
Respecto a su tratamiento, los docentes explicaron que «implica abordar cualquier patología subyacente y para corregir el sobrecrecimiento bacteriano se utiliza tratamiento antibiótico. El tratamiento con antibióticos elimina la mayoría de las bacterias intestinales ‘buenas’ y ‘malas’ lo que puede causar algunos problemas. Por tal motivo el uso de probióticos puede ser beneficioso para restaurar aquellas bacterias beneficiosas, ya que de esta manera se ayuda a equilibrar la microbiota. Además, el apoyo nutricional es fundamental para corregir déficit de nutrientes y se debe realizar modificaciones en la dieta para corregir deficiencias de nutrientes y evitar alimentos que puedan exacerbar los síntomas».
La dieta FODMAP
«Algunas investigaciones sugieren que una dieta baja en FODMAPs puede ayudar a aliviar los síntomas del SIBO en algunas personas al reducir la carga fermentable en el intestino delgado. La sigla FODMAP (Fermentable, oligo-saccharides, disaccharides, monosacharides and polioles, por su nombre en inglés) hace referencia a un tipo de dieta que evita el consumo de alimentos que contengan monosacáridos, disacáridos, oligosacáridos y polioles, los cuales presentan una digestión o absorción parcial en nuestro intestino, por lo que se producen gases y distensión abdominal que generan malestar en las personas», agregaron.
«Sin embargo, esta dieta debe ser supervisada por un profesional de la salud y no se recomienda como un enfoque a largo plazo sin una orientación adecuada», recalcaron Sepúlveda y Villablanca.
¿Qué pasa si no trato el SIBO?
Si no se trata el sobrecrecimiento bacteriano, “este puede causar mal absorción de algunos macronutrientes como las grasas, los carbohidratos y las proteínas. Asimismo, puede ocurrir deficiencia de vitaminas liposolubles (A, D, E y K), vitamina B12 y minerales como el hierro, lo cual puede producir diversas sintomatologías. Incluso puede haber desordenes psicológicos debido a los síntomas crónicos que afectan negativamente el bienestar emocional. Si no existe tratamiento, los síntomas perduran y generan malestar en los pacientes y no les permiten realizar su vida con normalidad”, concluyeron.