El deportista comenzó su segundo desafío el martes 3 de septiembre a las 22.30 horas con el objetivo de conquistar la Triple Corona de Natación y lograr el reconocimiento de la Asociación Mundial de Aguas Abiertas (World Open Water Swimming Association). En julio pasado completó los 48,5 kilómetros que rodean la isla de Manhattan en Nueva York.

Cuando el reloj marcaba las 22.30 horas en Estados Unidos y en Chile las 1.30 am, el nadador chileno, Francisco Javier Aguirre se lanzó al Canal de Catalina, trayecto de 32,5 kilómetros que separa la Isla Santa Catalina de la costa de California. 12 hrs con 38 minutos más tarde, el deportista de aguas abiertas, completó el que sería su segundo desafío para conquistar la Triple Corona de natación y lograr el reconocimiento de la Asociación Mundial de Aguas Abiertas (World Open Water Swimming Association).

En medio de la oscuridad y con una temperatura del agua de 21 grados, Francisco Javier Aguirre comenzó el trayecto con 44 braseadas por minuto. El deportista iba sin traje de neopreno, con una luz roja en su cabeza y una azul en su traje de baño. Cabe señalar que el nado en el Canal de Catalina es una prueba que comienza durante la noche principalmente porque el viento y las corrientes son menores. Sumado a lo anterior, hay menos tráfico en el agua hacia el puerto de Long Beach lo que le entrega una mayor seguridad a quien se encuentra nadando.

Respecto a su experiencia de nado, Francisco Javier Aguirre comentó que “fue un trayecto bien duro, siendo lo más difícil -además de la distancia-, el que fuese durante la noche. Partí nadando a las 22.30 del martes 3 de septiembre. Un bote me llevó cerca de la Isla, tuve que saltar de éste y nadar hasta la playa. Luego, me tocaron un pito para iniciar este recorrido a través de cuál viví momentos tanto mágicos como otros más complejos”, comentó.

Continuó indicando que “fue una noche bien oscura, sin luna. En cada braseada miraba las estrellas y luego introducía la cabeza al mar, y veía unos puntos luminosos que no conocía y que parecían constelaciones. En algunos momentos fui rezando. Fue una especie de mantra para sentirme acompañado, ya que a pesar que venían cerca los dos botes, dentro del mar me sentí en algún momento solo, muy pequeño. Era solo mi mente y corazón lo que me mantendría firme. Logré algo espiritual que me sirvió mucho”, comentó Francisco Javier Aguirre.

Durante el recorrido, Francisco Javier Aguirre estuvo acompañado en todo momento por un kayak iluminado con luces verdes. Asimismo, por un pequeño barco a cargo de un capitán y un tripulante, donde iba el observador de Catalina Swimming Association (CSA), su señora Isabel Morey encargada de organizar y entregarle al kayak la alimentación líquida caliente que el deportista iba consumiendo cada 30 minutos; y uno de los 2 kayakistas que se iban turnando, al principio, cada cuatro horas y más cerca de la costa, cada 3 o 2 horas. Cabe destacar que como parte de las normas de esta prueba, el nadador no podía agarrarse de ninguno de los botes que lo acompañaban.

Siendo las 9 am de la mañana en nuestro país, en Estados Unidos eran las 5.45 am y estaba recién amaneciendo. A Francisco Javier Aguirre le restaban 11 kilómetros para finalizar este tramo. En ese momento -en que le quedaban 3 horas para terminar-, se hizo el último cambio de kayakista. Continuó con una cómoda braseada hasta que logró llegar a la costa de California a las 14.18 horas del miércoles 4 de septiembre, donde alzó la bandera de Chile para celebrar este triunfo.

“Siento que llegué muy bien preparado físicamente, y también mentalmente. Las condiciones de esta prueba son complejas y el trayecto es duro. Por ejemplo, después de 6 a 8 horas de nado, tenía el cuerpo cansado, pero en la mente siempre estaba presente el que iba a terminarlo. Una vez que amaneció, me vino un nuevo impulso y continué hacia adelante a pesar que tuve un momento entre las 6 y 7 am en que salió el sol, pero se nubló y bajó una especie de neblina que me impedía ver la costa. Tuve que mentalizarme mucho en ese momento, porque cuando uno nada en aguas abiertas siempre tiene un punto de referencia, acá no se veía ninguno. Pero logré continuar y ya quedando aproximadamente un kilómetro, vi la costa y le di con todo”, finalizó Francisco Javier Aguirre.

Cabe destacar que durante toda la noche, el nadador chileno, fue apoyado tanto por su familia, amigos, como por sus auspiciadores (Chilexpress, Banchile Inversiones, Inmobiliaria Paz, y Powerade) y colaboradores (Deportes Vitacura, Clínica Meds, Herbalife y Athletic Sport), quienes según señala el deportista han sido claves para lograr completar sus metas.

La Triple Corona de Natación consiste en tres exigentes circuitos en aguas abiertas, que son reconocidos por la Asociación Mundial de Aguas Abiertas (World Open Water Swimming Association), la más importante a nivel internacional de aguas abiertas. Este trayecto corresponde a la segunda prueba que Aguirre realiza, ya que en julio pasado completó los 48,5 kilómetros que rodean la isla de Manhattan en Nueva York durante 8 horas y 12 minutos. Su última prueba será en septiembre de 2025 en el Canal de la Mancha.