La celebración que ya se hizo popular en Chile, pone en jaque a muchos padres que intentan moderar el consumo de dulces de sus hijos, preocupación especial en un país que lidera en obesidad infantil según la OMS.

Moderar la ingesta de golosinas, ofrecer alternativas saludables y promover la hidratación, son algunas recomendaciones para que esta fecha se disfrute de manera equilibrada y consciente.

Halloween, una celebración que ganó popularidad en el país, se convirtió en sinónimo de disfraces, diversión y, sobre todo, dulces. Sin embargo, el consumo excesivo de golosinas durante esta fiesta puede tener serias consecuencias para la salud infantil, especialmente en aquellos niños que ya enfrentan problemas de sobrepeso u obesidad.

Este contexto solo empeora una realidad en la que, según datos del Ministerio de Salud y la Organización Mundial de la Salud (OMS), Chile lidera en América Latina en prevalencia de obesidad infantil, con uno de cada tres niños afectados por esta condición.

El azúcar, aunque es una fuente rápida de energía, en exceso puede desencadenar problemas de salud a largo plazo. Entre los riesgos más serios están la resistencia a la insulina, el desarrollo de diabetes tipo 2 y el aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares.

De hecho, Pedro Grez, autor del Método Grez y fundador de la primera línea chilena de suplementos de etiqueta limpia que lleva su apellido, advierte que el abuso de azúcar en los niños no solo contribuye al aumento del exceso de grasa corporal, sino que también puede alterar su comportamiento y bienestar general, provocando peaks de hiperactividad seguidos de fatiga.

Consecuencias del exceso

Grez detalla a continuación algunos de los efectos más relevantes que se atribuyen al excesivo consumo de azúcar:

  1. Aumento del riesgo de diabetes tipo 2: Un alto consumo de azúcar eleva rápidamente los niveles de glucosa en sangre, lo que obliga al páncreas a producir más insulina. Con el tiempo, esto puede llevar a resistencia a la insulina y al desarrollo de diabetes tipo 2, que es cada vez más común en niños (tengan o no obesidad).
  1. Sobrepeso y obesidad agravados: La abundancia de calorías vacías provenientes de azúcares favorece un aumento de exceso de grasa corporal adicional. Esto puede empeorar la obesidad infantil, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardíacas, hipertensión y problemas articulares a corto y largo plazo.
  1. Desbalance en los niveles de energía y comportamiento: Peaks de azúcar pueden provocar subidas y bajadas bruscas en los niveles de energía, lo que genera hiperactividad seguida de fatiga extrema. Además, estas fluctuaciones pueden afectar el estado de ánimo y el comportamiento de los niños.
  1. Problemas dentales: El azúcar es el principal causante de las caries y el consumo excesivo en cortos períodos de tiempo, como Halloween, puede aumentar el riesgo de problemas dentales severos en niños con hábitos alimenticios inadecuados.
  1. Impacto en la salud mental: El consumo elevado de azúcares simples ha sido vinculado con un mayor riesgo de ansiedad, depresión y problemas de concentración, lo que podría tener un impacto negativo en el bienestar emocional infantil.

Asimismo, advierte que “en pequeños con obesidad, estos efectos se agravan, haciendo que el consumo excesivo de azúcar durante celebraciones como Halloween tenga consecuencias más serias. Es por eso que promover alternativas saludables no solo es una opción sensata, sino también necesaria para proteger su salud”.

Tips para controlar el consumo de azúcar

La OMS recomienda que los niños no consuman más de 25 gramos de azúcar añadida al día, lo que equivale a unas seis cucharaditas de té. Sin embargo, durante esta fecha, un solo caramelo puede contener entre 3 y 5 gramos de azúcar, lo que significa que los niños fácilmente pueden superar la cantidad diaria recomendada en pocas horas. Para contrarrestar esto, Grez sugiere que antes de salir a pedir dulces, los niños consuman una comida rica en proteínas (carnes) y fibra (ensaladas), lo que les ayudará a sentirse satisfechos y reducir el deseo de comer golosinas en exceso.

No se trata de prohibir los dulces por completo, sino de moderar su consumo y enseñar a los niños a tomar decisiones más saludables. Una estrategia efectiva es permitirles seleccionar una cantidad limitada de golosinas para consumir después de la recolección, guardando el resto para repartirlo en los días posteriores. Grez también recomienda optar por alternativas más saludables como chocolates negros o frutos secos bañados en chocolate, que, aunque contienen azúcar, también aportan nutrientes beneficiosos como magnesio y antioxidantes. Y recalca que es un buen momento para educar a los niños sobre la importancia de leer las etiquetas nutricionales y hacerlos conscientes de la cantidad de azúcar que están consumiendo.

Finalmente, Grez subraya la importancia de acompañar el consumo de dulces con una buena hidratación. Beber abundante agua ayuda a eliminar el exceso de azúcar del organismo y, junto con la actividad física, contribuye a mantener un equilibrio.

Halloween puede ser una experiencia divertida para los niños sin poner en riesgo su salud. Moderando el consumo de azúcar y ofreciendo alternativas más saludables, los padres pueden asegurarse de que sus hijos disfruten la festividad de forma consciente y balanceada.