Es una celebración muy esperada por los niños y, al mismo tiempo, es muy temida por los padres. Ya está a la vuelta de la esquina y, finalmente, se trata de la noche en la que los niños se disfrazan de monstruos y los padres de nutricionistas aprensivos.
Pasaron los meses, y finalmente llegamos a ese día tan aterrador para aquellos padres que temen por la salud alimentaria de sus hijos. Faltan pocos días para la noche del 31 de octubre y, efectivamente, es importante tomar conciencia de que el consumo excesivo de azúcar puede hacerles daño a los niños.
Según datos de la OMS, la obesidad es uno de los principales problemas en los menores de edad. En 2022, más de 400 millones de niños menores de 19 años —en todo el mundo— tenían sobrepeso. En la región, Chile registra el mayor nivel de obesidad en niños de Latinoamérica, acorde con un estudio publicado en The Lancelot.
Alimentación sana, vida sana
Ante esto, la nutrióloga afirma que es importante comer dulces con moderación y elegir alimentos más saludables. “Los primeros años de vida son fundamentales para establecer hábitos alimentarios saludables. En ese sentido, Halloween es una buena oportunidad para enseñar a los niños a disfrutar de una variedad de alimentos saludables y sentar las bases para una vida más sana”, detalla. Algunos beneficios de enseñar hábitos saludables desde pequeños incluyen:
- Mayor probabilidad de mantener un peso saludable.
- Menor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.
- Mejor rendimiento escolar.
- Mayor autoestima.
Es posible disfrutar de Halloween sin poner en riesgo la salud de los niños. Al ofrecer alternativas saludables y educar a los niños sobre la importancia de una alimentación balanceada, podemos hacer de esta celebración una experiencia más sana y divertida.
Que no te asusten los dulces: ¿cómo sobrevivir a Halloween sin perder la cordura (ni la línea)?
- Decorar los alimentos de forma divertida para que sean más atractivos: manzanas como fantasmas, zanahorias como dedos de bruja, etc.
- Cabritas caseras con diferentes sabores.
- Galletas integrales con formas de Halloween.
- Yogur griego con frutas y granola.
- Brochetas de frutas y queso.
- Involucrar a los niños en la preparación de los alimentos.
- Establecer límites en el consumo de dulces.