Las altas temperaturas, el sol y el calor intenso pueden dañar nuestra piel si no tomamos las precauciones adecuadas. 

El cuidado de la piel no es solo una cuestión estética, sino también de salud. La exposición prolongada al sol sin protección puede provocar envejecimiento prematuro, manchas y, en casos graves, cáncer de piel.

“Estas temperaturas de verano son la excusa perfecta para disfrutar al aire libre, pero es importante hacerlo en forma segura”, advierte la Dra. Claudia Moreno, dermatóloga de Clínica INDISA. “La piel es el órgano más grande y debemos cuidarlo como se merece”, agrega. 

Desmitificando el cuidado de la piel 

La doctora afirma que existe mucha desinformación en cuanto a las medidas para cuidar la piel. “El principal mito es que la piel se debe cuidar solo en verano”, denuncia la especialista. “Sin embargo, los rayos UV están presentes en todas las estaciones, por lo que es importante usar protector solar diariamente”, puntualiza.

Otros mitos son: 
 
  • Si el protector es a prueba de agua, no es necesario reaplicarlo después de bañarse: “Para que no pierda su efecto y evitar quemaduras, es importante volver a aplicar después de chapuzones o mucha sudoración”, señala la Dra. Moreno.
  • Las manchas oscuras desaparecen por sí solas con el tiempo: “Suelen persistir sin tratamiento”, precisa.
  • Usar bloqueador 50 SPF es sinónimo de despreocuparse del sol por horas: “Lo que no mucha gente sabe es que el número que acompaña el SPF indica cuánto tiempo tarda tu piel en quemarse con el protector puesto, comparado con el tiempo que tardaría sin protección. Por ejemplo, un SPF 50 significa que tu piel tardará 50 veces más en quemarse”, afirma.  

Consecuencias de la exposición al sol 

“La exposición prolongada y sin protección al sol y a altas temperaturas puede tener diversas consecuencias negativas para la piel, algunas de las cuales pueden ser irreversibles”, alerta la doctora de INDISA. “Las quemaduras solares son la reacción más evidente y dolorosa, ya que muchas veces pueden causar enrojecimiento y ampollas”, agrega. Sin embargo, no son las únicas. 

 “También está la deshidratación, las reacciones alérgicas y la aparición de arrugas y manchas, pero sin duda la repercusión más grave de la exposición solar prolongada y sin protección es el cáncer de piel, siendo el melanoma el más peligroso”, puntualiza.
 

Cómo identificar

 

Efecto

Síntomas

Quemaduras solares

Enrojecimiento, dolor, hinchazón, ampollas, descamación

Deshidratación de la piel

Piel seca y tirante, picazón, descamación, pérdida de elasticidad

Reacciones alérgicas

Enrojecimiento, picazón, hinchazón, urticaria

Envejecimiento prematuro

Arrugas, líneas de expresión, manchas, pérdida de elasticidad

Cáncer de piel (especialmente melanoma)

Manchas nuevas o cambiantes, llagas que no cicatrizan, lunares que sangran o pican, cambios en lesiones existentes

 
Cómo protegerse 

“La prevención es la mejor arma contra el daño solar”, resalta la Dra. Claudia Moreno, ​ dermatóloga de Clínica INDISA. Hay muchas medidas que se pueden tomar para protegerse del sol, además de aplicarse protector solar. “La protección solar es esencial, pero no es suficiente para mantener una piel sana y radiante”, comenta. Algunas son: 

  • Beber mucha agua: mantenerte hidratado desde adentro es fundamental para una piel saludable.
  • Utilizar productos hidratantes ligeros: opta por cremas hidratantes con textura ligera y no comedogénicas para evitar obstruir los poros.
  • Usa ropa ligera y de algodón: la ropa ligera y de algodón permite que tu piel respire y ayuda a regular la temperatura corporal.
  • Lleva un sombrero y gafas de sol: protege tu rostro, ojos y cuero cabelludo de los rayos solares.
  • Rocía tu rostro con agua termal: el agua termal refresca y calma la piel, además de proporcionarle hidratación.
  • Evita la exposición al sol en las horas centrales del día: el sol es más intenso entre las 10:00 y las 16:00 horas.
  • Incluye alimentos ricos en antioxidantes en tu dieta: las frutas y verduras son excelentes para proteger tu piel del daño causado por los radicales libres.