Estas bolsas han sido arrastradas, transportadas, empacadas, usadas y maltratadas en todo el mundo. Siempre se han construido teniendo en cuenta la durabilidad, la funcionalidad, la reparabilidad y la calidad desde que Patagonia comenzó a fabricarlos. Y aunque esta última versión tiene nuevas características de diseño y materiales, el precio, las opciones de tamaño/volumen, las opciones de transporte, el bolsillo de almacenamiento, el bolsillo interior de malla y las cadenas exteriores no han cambiado ni un poco.
La marca de ropa outdoor presentó sus mejoras, menos dependencia de materiales vírgenes, los bolsos son fabricados 100% con poliéster ripstop reciclado, un acabado de termoplástico poliuretano reciclado (TPU), que permite reducir las emisiones de carbono en un 91% por kilo, y el estándar DWR de la marca que permite perpetuar la calidad, durabilidad y reparabilidad de los Black Hole. Como destacó Yvon Chouinard, «La gente me pregunta cómo [Patagonia] ha logrado mantenerse tanto tiempo, les digo que ha sido nuestro enfoque implacable en la calidad, lo que incluye hacer cosas que duren y que causen la menor cantidad de daño a nuestro planeta». Black Hole Duffels es el mejor ejemplo de esto, especialmente este último lanzamiento.
“Somos el bolso con menos impacto en el medio ambiente, y para lograrlo el propósito de la marca es nuestro gran motor. Desde el área de desarrollo e innovación es donde parte la mejora de cada uno de nuestros productos, además de lograr mantener un rendimiento excepcional, trabajamos también con fábricas de comercio justo, con estándares y certificaciones que nos permiten saber que el producto que ofrecemos es de calidad, cumpliendo con la durabilidad y reparabilidad que nos caracteriza”, destacó Kristin Hornauer, Encargada de compras Life Outdoor de Patagonia Chile.
Inspirados como en la historia de la marca, el desarrollo de estos productos está pensado para entregar rendimiento con el menor impacto en el medio ambiente. Es por ello que Patagonia desarrolló también su línea libre de PFC, químicos permanentes que eran utilizados para darle impermeabilidad a la ropa, también fuera de las prendas de la marca outdoor.
Tal como señalan desde Patagonia sus bolsos son resistentes a la abrasión y la intemperie, gracias a su acabado DWR (libre de PFC), que los hace resistentes al agua, y su acabado mate se debe al material termoplástico poliuretano reciclado (TPU), que permite reducir sus emisiones de carbono en un 91% por kilo. Además, disminuye también su impacto debido al tejido, forro y cintas 100% recicladas, y realizadas en fábricas que cuentan con la Certificación Fair Trade™.
La colección de bolsos Black Hole viene en cuatro formatos: 100, 70, 55 y 40 litros, mientras que las mochilas, también rediseñadas, tienen una capacidad de 25 y 32 litros; y finalmente la línea se completa con los Cube de 3, 6 y 14 litros, “es fundamental para Patagonia además de siempre exigirnos el doble para poder reducir el impacto que tenemos en el planeta, mantener la performance que nos destaca. Creados y pensados para cada aventura deportiva outdoor”, finalizó Hornauer.