Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hasta 733 millones de personas se enfrentan al hambre debido a factores como vivir en áreas de conflicto, las repetidas crisis climáticas y las recesiones económicas. Además, se estima que un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial se pierde o desperdicia, lo que equivale a 1.3 mil millones de toneladas por año, contribuyendo a la inseguridad alimentaria global.

Dado este escenario, todos deberíamos tomar decisiones más conscientes para evitar el desperdicio de alimentos. La directora Senior de Educación y Capacitación en Nutrición Mundial de Herbalife, Susan Bowerman, sostiene que “todos podemos adoptar acciones más amigables con el medio ambiente, comenzando por reducir el desperdicio de alimentos en nuestros hogares. En el día a día y al planificar las comidas, hay varias formas en las que se puede ayudar a reducir el desperdicio de alimentos y vivir de manera más sostenible.”

Planificar con anticipación. La falta de organización puede llevar a compras excesivas y, en consecuencia, al deterioro de los alimentos. Ya sea que estés preparando comidas nutritivas para la semana o eligiendo el menú para una próxima reunión con familiares o amigos, planificar los alimentos con anticipación es crucial para ayudar a los consumidores a comprar solo lo necesario. Esto asegura que se prepare únicamente la cantidad que se va a consumir, evitando la preparación excesiva de alimentos que luego no se consumirán, reduciendo así el desperdicio.

Considerar cocinar con ingredientes más sostenibles. Las personas se están inclinando hacia dietas más basadas en plantas por una variedad de razones, incluyendo preocupaciones de salud, pérdida de peso o preocupaciones sobre el medio ambiente. Para aquellos que recién comienzan a experimentar este tipo de alimentación, podría ser mejor adoptar una dieta o menú “flexitariano”, que es una dieta principalmente basada en plantas con la inclusión ocasional de carne, aves, pescado o huevos. Es una excelente manera de mantener una dieta saludable y equilibrada mientras se ayuda a proteger el medio ambiente al reducir la energía y los recursos utilizados para producir carne roja.

Servir las porciones en la cocina en lugar de en la mesa. Se recomienda servir las porciones de comida en cada plato. Con los platos de servicio en la mesa, es muy fácil tomar “solo una cucharada más”, que a menudo queda sin comer. Una de las mayores fuentes de desperdicio de alimentos proviene de la comida que queda en el plato, que a menudo termina en la basura.

Reutilizar los alimentos que están por caducar. Hay muchas maneras de aprovechar al máximo los alimentos perecederos, incluso cuando comienzan a verse un poco tristes. Cuando los tomates se pongan demasiado blandos para cortarlos en ensaladas, se puede considerar hacerlos en salsa de tomate casera. ¿Los plátanos se están poniendo marrones y blandos? Puedes darles más vida pelándolos y guardándolos en el congelador como un ingrediente saludable para batidos. Las sopas y guisos son excelentes platos que pueden incorporar muchos ingredientes diferentes, como verduras que podrían estar un poco pasadas de su mejor momento.

Donar los extras a quienes lo necesiten. Al limpiar la despensa, se puede considerar el donar alimentos no perecederos a bancos de alimentos y organizaciones benéficas locales.

“Es importante recordar que cada pequeño esfuerzo tiene un impacto significativo. Reducir el desperdicio de alimentos no solo contribuye a combatir el hambre y la inseguridad alimentaria, sino que también promueve la sostenibilidad del planeta”, concluye Susan Bowerman.