¿Sabías que uno de cada 25 niños nace con un testículo que no está en su lugar? Esta condición, también conocida como criptorquidia, puede tener importantes implicaciones para la salud futura del niño.
Criptorquidia es cuando uno o ambos testículos no están en el escroto al nacer. Es una patología relativamente común (3 % en recién nacidos de término y hasta un 30% en prematuros) y requiere tratamiento quirúrgico, para descender el testículo si este no baja espontáneamente dentro de los primeros 6 meses de vida.
“El principal síntoma de esta enfermedad es no ver ni sentir el testículo en la bolsa escrotal, muchas veces asociado a un aplanamiento del escroto a este mismo lado”, sostiene la cirujano y urólogo pediátrica de Clínica INDISA, Dra. Danielle Reyes Cabalá.
Generalmente, el testículo se reubica en la posición adecuada por sus propios medios al cabo de los primeros cuatro meses de vida. “En caso contrario, se debe reposicionar por medio de una cirugía”, agrega.
“No obstante, en niños prematuros y de bajo peso al nacer, la probabilidad de que ambos testículos estén afectados (criptorquidia bilateral) es significativamente mayor, alcanzando hasta un 50%”, explica la doctora.
● Intraabdominal: el testículo se encuentra dentro de la cavidad abdominal y no puede ser palpado.
● Intracanalicular: el testículo está ubicado en el canal inguinal, el conducto por el que normalmente desciende hacia el escroto. En este caso, puede ser palpable al examen físico.
● Ectópico: el testículo habitualmente desciende a través del canal inguinal, pero se fija en una posición anómala, pudiendo estar expuesto a mayor riesgo de traumatismos o confundirse con una criptorquidia.
Principales riesgos de esta enfermedad
Si la criptorquidia no se repara, el niño puede presentar complicaciones a largo plazo. Una de las más frecuentes es la infertilidad, especialmente cuando ambos testículos están afectados. La temperatura corporal más elevada dentro del abdomen y región inguinal, en comparación con la bolsa escrotal, puede causar atrofia testicular y afectar la producción de espermatozoides. Además, existe un riesgo significativamente mayor de desarrollar cáncer testicular a partir de los 30 o 40 años, comparado con los hombres cuyos testículos descendieron normalmente.
¿Cuándo es necesario visitar al cirujano pediátrico?
Esto permite hacer un correcto seguimiento del caso y determinar si es necesario un tratamiento quirúrgico. Como señala la Dra. Danielle Reyes, este seguimiento temprano es crucial para garantizar la mejor evolución en cada caso en particular.
El intervalo de tiempo ideal para operar las criptorquidias es entre los 6 meses y el año de vida, para disminuir la posibilidad de complicaciones a futuro, por lo que es muy importante que sea realizado por especialistas en el área, ya que se requiere experiencia, muchas veces magnificación con uso de lupas y evaluar la necesidad de tratamientos combinados con cirugía laparoscópica, en los casos más complejos.
Los niños que reciben tratamiento oportuno generalmente se recuperan sin complicaciones. Sin embargo, si la criptorquidia no se trata, puede dar lugar a consecuencias graves como infertilidad en los casos bilaterales manejados tardíamente, mayor riesgo de cáncer testicular en la adultez y atrofia del testículo.
En Clínica INDISA, nuestro equipo de pediatría y cirugía pediátrica está comprometido en brindar una atención integral y personalizada a cada paciente. Trabajamos en conjunto con los padres para ofrecer la mejor atención médica, de la mano de los especialistas en cirugía pediátrica más destacados del país.