En la última década, las muertes por cáncer de piel en nuestro país han aumentado en 40%, alcanzando un número récord en 2023 con más de 560 fallecimientos, el más alto en 21 años.

En pacientes con tonos de piel más oscuros, a menudo se diagnostica en etapas avanzadas, lo que dificulta su tratamiento.

El cáncer de piel es el tercer tipo más común en Chile, y su incidencia sigue creciendo de manera alarmante. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa ha aumentado de 20 a 25 casos por cada 100 mil habitantes, reflejando un problema de salud pública que requiere atención urgente. De hecho, sorprende que 1 de cada 10 chilenos tendrá durante su vida algún tipo de cáncer a la piel.

La principal causa de este tipo de cáncer es la exposición a los rayos ultravioleta (UV), tanto del sol como de dispositivos artificiales como las camas de bronceado, que pueden emitir radiación hasta 15 veces más intensa que el sol en su punto máximo. “No existe una manera segura de broncearse. Cada vez que te quemas o bronceas, estás dañando tu piel de forma acumulativa, lo que incrementa el riesgo de cáncer y acelera el envejecimiento cutáneo”, advierte la doctora Isidora King, oncóloga radioterapeuta de Clínica Iram.

Aunque cualquier persona puede desarrollar esta enfermedad, el riesgo aumenta en quienes tienen piel clara, múltiples lunares, antecedentes de quemaduras solares o usan camas de bronceado. Sin embargo, este tipo de cáncer no discrimina por color de piel: en personas con tonos más oscuros, suele diagnosticarse en etapas avanzadas, lo que complica el tratamiento y disminuye las posibilidades de éxito.

“La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de la OMS ha declarado la radiación UV del sol y de fuentes artificiales (e.g. camas de bronceado y lámparas solares) como un carcinógeno del grupo 1”, explica la oncóloga radioterapeuta. Además, señala que “hasta el 90% de los casos de cáncer de piel están asociados con la radiación UV. Protegerse del sol es una medida esencial que puede salvar vidas”, explica la Dra King.

 “La experta de Clínica Iram entrega tres recomendaciones clave para reducir el riesgo: usar protector solar con SPF 30 o más, reaplicándolo cada dos horas- un estudio revela que el uso diario de protector solar puede disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de piel entre un 40% y un 50%-; evitar la exposición directa al sol entre las 10:00 y las 16:00 horas; y proteger la piel con ropa, sombreros y anteojos de sol con filtro UV.

Finalmente, en un evento sobre Exposición Solar realizado en la Galería Patricia Ready,  donde el arte y la ciencia se entrelazaron para impactar y abrir los ojos a una realidad transformadora, capaz de inspirar nuevas perspectivas y cambiar vidas, se evidenció que la detección temprana es clave para combatir esta enfermedad. Es fundamental revisar regularmente la piel, prestar atención a cualquier cambio en lunares o manchas, y consultar a un dermatólogo ante cualquier signo de alarma. Cuidar la piel es cuidar la vida.