A top view of fresh fruits and vegetables with different medicine on a wooden spoon

El bienestar del cuerpo depende en gran medida de una correcta ingesta de vitaminas y nutrientes esenciales para mantener un organismo fuerte y resistente, especialmente durante el verano, cuando las altas temperaturas, la humedad y el sol exigen más de nosotros.

Las vitaminas son fundamentales para el organismo, porque convierten los alimentos en energía y apoyan el funcionamiento adecuado de los órganos vitales. En verano, cuando nuestro cuerpo enfrenta mayores exigencias, una dieta rica en vitaminas es indispensable para mantenernos saludables.

Entre todas, la vitamina A, conocida también como retinol, es especialmente esencial en verano por su efecto directo en la vista, la piel y el sistema inmunológico. Este nutriente permite la producción de pigmentos en la retina, necesarios para adaptarse a diferentes condiciones de luz. Cecilia Iturra, doctora en salud ocupacional de BASF Chile, con más de 24 años de experiencia, señala que “la vitamina A no solo protege nuestra vista, sino que también fortalece el sistema inmunológico, ayudando a combatir infecciones y mantener la integridad de la piel frente al daño solar”.

Además, el retinol contribuye a la producción de glóbulos blancos, fundamentales para protegernos contra enfermedades y ayuda a mantener las capas de células que recubren las superficies internas del cuerpo, garantizando su correcto funcionamiento. Sin suficiente vitamina A, podríamos enfrentar problemas como ceguera nocturna, sequedad en la piel y un sistema inmune debilitado.

“Cada vitamina es esencial y tiene su función específica para un eficiente funcionamiento del cuerpo. Específicamente, en esta temporada de verano, la vitamina C es un poderoso aliado del sistema inmunológico, ya que fortalece las defensas, ayuda a reparar tejidos y previene resfriados, algo frecuente debido a los cambios bruscos de temperatura en esta temporada. Su capacidad para combatir infecciones y mantener la energía hace que sea indispensable para sobrellevar las exigencias físicas y ambientales del verano”, agrega.

La vitamina D, conocida como la “vitamina del sol”, desempeña un rol fundamental en la salud ósea. Aunque se sintetiza a través de la exposición solar, Cecilia Iturra advierte que no basta con recibir luz solar, especialmente en días de calor extremo en los que evitamos exponernos al sol directamente. Consumir alimentos ricos en esta vitamina es igualmente crucial para mantener huesos fuertes y prevenir afecciones como la osteoporosis.

Por su parte, la vitamina E destaca por su acción antioxidante, que protege las células de la piel frente a los daños causados por la exposición prolongada al sol. Además, esta vitamina contribuye a mejorar la salud muscular, evitando debilidades que puedan limitar nuestras actividades diarias.

El consumo adecuado de vitaminas debe lograrse a través de una dieta equilibrada y variada, basada en alimentos naturales. Durante el verano se recomienda priorizar las frutas y las verduras, que son productos frescos para combatir el calor y son ricas en nutrientes. Las proteínas magras y granos enteros también son fuentes excelentes de vitaminas. Existen suplementos vitamínicos, pero siempre es recomendable preferir los alimentos naturales, ya que estos ofrecen una mayor disponibilidad y contienen otros nutrientes que contribuyen a una mejor absorción de las vitaminas. “Cuidar de nuestro cuerpo en verano no es complicado si priorizamos alimentos nutritivos y frescos”, concluye Cecilia Iturra.