Un 25% de los adolescentes en América Latina reportan cansancio emocional como principal malestar, mientras que más del 36% no logra identificar qué les ocurre, revelando una preocupante falta de alfabetización emocional, según sondeo realizado por Grupo Cetep.

Un análisis de datos realizado por Grupo Cetep, en base a 10.928 conversaciones con adolescentes de entre 10 y 17 años en América Latina, evidenció que más del 70% de ellos reporta sentimientos como cansancio, tristeza, soledad y frustración. La información fue recopilada entre enero de 2023 y diciembre de 2024 a través de MHAITE, un asistente virtual de salud mental que permite identificar en tiempo real el estado emocional de quienes lo utilizan.

El estudio abarcó a adolescentes de países como México, Colombia, Argentina, Chile, Ecuador y Perú. De todas las respuestas analizadas, el 25,18% expresó sentirse cansado, el 23,68% declaró estar triste, el 19,53% se sintió solo y el 14% manifestó frustración. Estas cifras reflejan una alta prevalencia de sintomatología emocional internalizante, un fenómeno que ha ido en aumento en los últimos años según reportes regionales e internacionales.

Una de las alertas más relevantes que deja el estudio es que el 36,06% de los adolescentes señaló no saber la causa de su malestar. “Esta respuesta, especialmente frecuente en países como Colombia y México, podría estar vinculada a la alexitimia, una dificultad para identificar y expresar emociones que dificulta tanto la búsqueda de ayuda como el abordaje terapéutico posterior”, comparte la Dra. Mariana Labbé.

Perfil emocional del adolescente latinoamericano

Respecto a los factores que desencadenan el malestar emocional, una menor proporción de adolescentes menciona explícitamente temas como conflictos familiares, baja autoestima, dificultades escolares, problemas con amistades, duelos recientes, cuestiones de sexualidad o consumo de sustancias. Sin embargo, cuando se señala la autoestima como causa principal del malestar, esta suele estar asociada a dificultades para socializar y a problemas con la conducta alimentaria. En tanto, quienes identifican al colegio como una fuente de angustia lo vinculan principalmente con el bajo rendimiento académico.

En Argentina, Chile, Colombia y México se repiten las emociones predominantes de tristeza, cansancio y frustración en los adolescentes encuestados. En todos estos países, los estudiantes de educación media representan el grupo más afectado, lo que coincide con una etapa vital de alta exigencia académica, exploración identitaria y cambios emocionales.

El levantamiento de esta información mediante MHAITE ha permitido caracterizar con mayor precisión el perfil emocional de adolescentes latinoamericanos. Estos hallazgos permiten a Grupo Cetep -centro que también está presente con centros de salud mental en Colombia- plantear líneas de acción concretas, como la implementación de programas de alfabetización emocional desde la infancia, el fortalecimiento del apoyo psicosocial en contextos escolares y la necesidad de crear intervenciones específicas para jóvenes que presentan síntomas físicos asociados a carga emocional sostenida o desregulación afectiva.

El desafío de prevenir, acompañar y transformar

La salud mental de niños, niñas y adolescentes debe entenderse como un pilar fundamental del desarrollo humano y del bienestar colectivo. Su deterioro no solo implica sufrimiento individual, sino también consecuencias a largo plazo en la educación, la convivencia, la seguridad y el crecimiento económico de los países.

Hablar de salud mental es, hoy más que nunca, una responsabilidad colectiva. Si como región queremos construir sociedades más sanas, resilientes y empáticas, debemos comenzar por proteger emocionalmente a quienes más lo necesitan: nuestras niñas, niños y adolescentes.