Desde la mejora del metabolismo hasta un impulso al sistema inmune, esta técnica ha registrado un aumento notable en Chile en los últimos tres años. Los especialistas afirman que la clave está en su capacidad de controlar los desbalances que generan diversas enfermedades.
La sueroterapia ha dejado de ser una novedad para convertirse en una herramienta terapéutica con múltiples aplicaciones. No solo se ha consolidado dentro de la medicina estética, sino que también ha tomado fuerza en áreas como la medicina preventiva, la medicina funcional y la de precisión.
El tratamiento consiste en la aplicación intravenosa de sueros específicos dependiendo de las necesidades del paciente para mejorar su bienestar, salud y aspecto físico. Su aplicación ayuda a estimular los mecanismos de defensa, junto con la desintoxicación, regeneración y reparación del propio organismo.
«Ha demostrado ser efectiva, con pocos riesgos o efectos colaterales, es válida para la gran mayoría de los pacientes y una solución para enfrentar la carga de enfermedades que tenemos actualmente», explica la doctora Zaidany Reyes. La clave, según la especialista, está en su capacidad de controlar los desbalances que generan muchas enfermedades.
¿La diferencia con los suplementos orales? La vía de administración. “Al ser por vía venosa, hay una tasa de absorción de entre un 95-100 % de todos estos nutrientes con una disponibilidad inmediata, lo que nos permite asegurar dosis efectivas y que lleguen a todas las células de nuestro cuerpo”, detalla la doctora Reyes.
En los últimos tres años, esta técnica ha registrado un aumento notable en Chile. “Ha crecido cada vez más, en la medida que hay más formación en medicina de longevidad, medicina funcional y orthomolecular”, indica la especialista.
Entre los beneficios más buscados por los pacientes están el aumento de la energía, la vitalidad, el refuerzo del sistema inmune, la mejora en la calidad de la piel y la optimización del rendimiento físico. “Con estas terapias reponemos los desbalances y hacemos más vital la función de cada célula de nuestro cuerpo”, señala la doctora. Esto, asegura, permite mejorar funciones vitales, acelerar la cicatrización, evitar el daño oxidativo, apoyar procesos de pérdida de peso y acortar tiempos de convalecencia.
En cuanto a los riesgos, la doctora Reyes es clara: “No hay mayores riesgos siempre y cuando tengan una correcta indicación”. Por eso, enfatiza la importancia de realizar una historia clínica completa y exámenes complementarios antes de iniciar un protocolo personalizado.
Y aunque los efectos pueden sentirse desde la primera sesión, su duración en el tiempo dependerá del enfoque integral del tratamiento. “La idea es combinar con hábitos de alimentación, suplementación oral y actividad física. Lo que logramos en cada sesión se verá potenciado cada día. Que el efecto se mantenga en el tiempo depende de cómo se enfoque el tratamiento y la capacidad del paciente de cumplirlo”.