El cáncer de ovario se ha convertido en uno de los desafíos más significativos en la salud femenina, principalmente porque sus síntomas iniciales pueden ser sutiles y confundirse fácilmente con otras condiciones menos graves. Según estadísticas, esta patología es una de las principales causas de muerte por cáncer entre las mujeres, lo que hace crucial comprender la relevancia de la detección temprana.
El desafío de la detección temprana
El Dr. Felipe Pinto, oncólogo de Clínica INDISA, explica que, a diferencia de otros tipos de cáncer, no existe una prueba de detección única y definitiva para el cáncer de ovario. Sin embargo, los médicos cuentan con diversas herramientas que facilitan el diagnóstico. Estas incluyen el examen pélvico completo, el ultrasonido transvaginal y el análisis de sangre CA-125, aunque es importante resaltar que este último puede elevarse por diversas razones no relacionadas con el cáncer.
Grupos de riesgo y vigilancia específica
Ciertos grupos de mujeres enfrentan factores de riesgo más elevados y requieren una vigilancia más estrecha. “Entre ellos, se encuentran quienes tienen antecedentes familiares de cáncer de ovario o mama, portadoras de mutaciones genéticas BRCA1 y BRCA2, mujeres mayores de 50 años y aquellas con síndrome de Lynch”, indica el Dr. Pinto. Para estas personas, las pruebas genéticas y los controles más frecuentes pueden ser fundamentales en la detección temprana.
Síntomas de alerta: escuchar al cuerpo
“Estar atentas a las señales de advertencia puede marcar una diferencia significativa en el pronóstico”, explica el oncólogo de INDISA. Entre los síntomas de cáncer de ovario más comunes, se encuentran:
- Hinchazón o distensión abdominal persistente.
- Dolor pélvico o abdominal.
- Dificultad para comer o sensación de saciedad rápida.
- Cambios en los hábitos urinarios.
Si bien estos síntomas pueden parecer cotidianos, su persistencia durante más de dos semanas debe ser motivo de consulta médica.
El rol clave de la prevención
El monitoreo regular juega un papel crucial en la detección temprana. Además, la prevención es fundamental. Los especialistas recomiendan:
- Mantener un estilo de vida saludable.
- Realizar chequeos ginecológicos regulares.
- Prestar atención a cambios persistentes en el cuerpo.
La obesidad y el uso prolongado de terapia de reemplazo hormonal se han identificado como factores que pueden aumentar el riesgo, por lo que mantener un peso saludable y discutir las opciones de tratamiento hormonal con un médico son medidas preventivas importantes.
Avances en el tratamiento e importancia del diagnóstico temprano
El panorama del tratamiento del cáncer de ovario ha evolucionado significativamente en los últimos años. Cuando se detecta en etapas tempranas, puede tratarse con mayor éxito mediante una combinación de cirugía y, en algunos casos, quimioterapia. Los avances en terapias dirigidas e inmunoterapia también están abriendo nuevas posibilidades de tratamiento, en especial para casos más avanzados.
El impacto de la detección temprana y la acción proactiva
“Es fundamental destacar que la detección temprana puede aumentar significativamente las tasas de supervivencia, llegando a más del 90% cuando se diagnostica en etapas iniciales”, explica el Dr. Felipe Pinto. “Sin embargo, actualmente, el 70% de los casos se diagnostica en etapas avanzadas, lo que subraya la importancia de la concientización y la atención médica oportuna”, advierte..
El especialista de INDISA enfatiza que la comunicación abierta con los profesionales de la salud es esencial. Ningún síntoma debe ser descartado como «normal» sin una evaluación adecuada, especialmente si persiste en el tiempo.
En Clínica INDISA sabemos que la salud femenina requiere un enfoque proactivo, donde tanto pacientes como médicos trabajen en conjunto para detectar y abordar cualquier señal de advertencia lo antes posible. En caso de presentar alguno de los síntomas descritos, no dudes en visitar Clínica INDISA en Providencia o Maipú.