Según la corporación de fibromialgia de Chile, se calcula que en el país esta enfermedad afecta entre el 3% y 4% de la población nacional, perjudicando en su mayoría a mujeres entre los 35 y 50 años. 

¿Qué es la fibromialgia?
 
La fibromialgia, o fibrositis, es una enfermedad crónica que se describe como un dolor musculoesquelético, es decir, molestias generalizadas y sensibilidad en todo el cuerpo. Aunque no tiene una causa clara, afecta a millones de personas en todo el mundo, causando fatiga, trastornos del sueño, dolores de cabeza, ansiedad y otros síntomas debilitantes. 
 
La reumatóloga de Clínica INDISA, la Dra. Mabel Ladino, explica que “generalmente, este trastorno es desencadenado tras un evento traumático físico o psicológico. Sin embargo, también se puede desarrollar progresivamente en el tiempo, a través de una acumulación de síntomas”.
 
¿Cómo saber si tengo fibromialgia? 
 
Si conoces a alguien que padece esta enfermedad, probablemente la frase que más escuches es “me duele todo”. Pero, ¿qué significa “todo”? Los síntomas principales son:
 
  • Dolor generalizado y crónico en todo el cuerpo, que puede variar en intensidad y ubicación.
  • Rigidez en las articulaciones y músculos.
  • Fatiga extrema que no mejora con el descanso.
  • Problemas de sueño como dificultad para conciliarlo o despertarse con frecuencia.
  • Dificultades cognitivas que pueden afectar la concentración y la memoria. 
Además de estos síntomas, existen otros que también son comunes, tales como los dolores de cabeza, problemas gastrointestinales y sensibilidad extrema al tacto, sumado a la presión en ciertas áreas del cuerpo, conocidas como puntos sensibles (hombros, cuello, caderas, espalda, brazos y piernas). 
 
La especialista de INDISA advierte que “el dolor crónico y la fatiga pueden dificultar la realización de actividades cotidianas, como trabajar, hacer ejercicio o disfrutar de actividades recreativas. Además, los síntomas pueden afectar las relaciones personales y la salud mental, causando estrés, ansiedad y depresión”.
 
¿Por qué se produce?
 
La fibromialgia está vinculada a un aumento anormal de ciertas sustancias químicas en el cerebro, que transmiten señales de dolor. Los receptores de dolor del cerebro parecen desarrollar una memoria del dolor y volverse más sensibles, lo que significa que pueden reaccionar exageradamente ante las señales de dolor y no dolor. ​ ​ “Aunque la causa exacta de la fibromialgia no se conoce, los estudios cerebrales sugieren que las personas con esta afección procesan el dolor de manera diferente a aquellas que no la tienen. Pueden experimentar dolor cuando otros no lo hacen y tener reacciones más severas ante este”, señala la Dra. Ladino.
 
Hay ciertas variables que influyen en el padecimiento de este trastorno. Entre estas encontramos:
 
  • Genética.
  • Sucesos físicos.
  • Estrés o eventos emocionales. 
Además, existen otros factores de riesgo, como el sexo (las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres), antecedentes familiares, edad mediana (la mayoría de los diagnósticos se llevan a cabo en la quinta década) y el tener otras enfermedades crónicas, como artritis o lupus. 
 
Tratamiento: ¿cómo se maneja? 
 
No existe una cura como tal para la fibromialgia todavía, por lo tanto, el tratamiento se enfoca principalmente en aliviar los síntomas. La terapia puede incluir medicamentos para mejorar el sueño, antidepresivos y analgésicos para el dolor, y diferentes tipos de terapia física. “Pero lo más importante es la psicoterapia”, asegura la Dra. Ladino. “Es necesaria para buscar y manejar las causas psicológicas que perpetúan el dolor crónico, y también para enseñar técnicas cognitivo-conductuales para aprender a lidiar con el dolor, estrés y/o ansiedad”, complementa.
 
Algunas terapias como la meditación, el biofeedback, el yoga, el taichí, el masaje terapéutico y la acupuntura, también pueden ayudar a disminuir los síntomas de la fibromialgia, pero lo más importante son los cambios en el estilo de vida, como hacer ejercicio regular, técnicas de manejo del estrés y una dieta saludable.
 
“Al no existir exámenes concretos, su diagnóstico es muy difícil. Los síntomas suelen variar y son diferentes para cada persona. Sin embargo, si el dolor generalizado persiste por más de tres meses, existe un dolor localizado en la zona de la cintura, te sientes más cansado de lo normal sin hacer esfuerzo físico, tienes dificultad para concentrarte y estás teniendo problemas para dormir, lo mejor sería chequear con un reumatólogo”, puntualiza la especialista de INDISA.
 
Recuerda que en Clínica INDISA contamos con un equipo altamente capacitado para acompañarte en mejorar tu calidad de vida en cada etapa de tu vida. Si presentas alguno de los síntomas descritos, no dudes en visitar Clínica INDISA en Providencia o en Maipú.