¿Comer después de las 18h engorda? Desmontamos los 7 mitos nutricionales más comunes

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Desde los tentempiés nocturnos hasta la renuncia al gluten y las dietas detox, aclaramos los principales conceptos erróneos sobre la alimentación

Los 7 mitos nutricionales más comunes que sencillamente no son ciertos.
¿Carbohidratos o no? ¿Varias comidas escasas o pocas y más copiosas? Es fácil perderse entre las muchas tendencias que rodean a la nutrición. Desmontamos los mitos nutricionales más recurrentes.

  1. Comer después de las 6 de la tarde engorda
    ¿Comer por la tarde engorda? No necesariamente: los estudios científicos demuestran que el peso corporal no depende del momento en que las calorías entran en el cuerpo. Lo decisivo es el aporte calórico que hagamos a lo largo del día, no la hora de la comida.

Sin embargo, hay una cosa cierta: quienes comen o meriendan muy tarde son estadísticamente más propensos a elegir alimentos poco saludables y grasos. Siendo así, es más probable que cenemos pizza, y no verdura. Por cierto, los tentempiés son, al parecer, especialmente peliagudos a la hora de controlar el peso: según datos de un estudio nutricional realizado por la compañía de seguros médicos Techniker Krankenkasse, uno de cada diez encuestados afirmó sustituir ocasionalmente la cena por patatas fritas, y se sabe que estas suman muchas calorías, sobre todo porque a menudo no se trata de una ración pequeña.

  1. Los productos bajos en grasa son más sanos
    Es un mito que los productos bajos en grasa sean beneficiosos para la salud: los estudios demuestran que muchos productos catalogados como bajos en grasa contienen más azúcar o aditivos artificiales para mejorar el sabor y la consistencia, frente a otros productos parecidos que, para el mismo fin, integran un mayor contenido en grasa. Lo mismo ocurre con muchos productos light. No es raro que se incluyan edulcorantes problemáticos para dar más sabor.

Más importante que el contenido neto de grasa es el tipo de grasa del que se trata y la calidad general del producto: debe tener una proporción lo más alta posible de ácidos grasos insaturados. Por regla general, cuantos menos ingredientes contenga un producto, menos procesado estará y más sano será.

  1. Los carbohidratos no son saludables
    Si quieres comer sano, ¿debemos limitar al máximo el consumo de carbohidratos? No necesariamente, porque no todos los hidratos de carbono son iguales. Cómo explican los principales organismos de nutrición, los hidratos de carbono complejos, como los que se encuentran en productos ricos en nutrientes como los cereales integrales, la fruta y la verdura, te mantienen saciado durante mucho tiempo. Contrarrestan los antojos y fortalecen la flora intestinal, por lo que, contrariamente a su reputación, son aún más propensos a contrarrestar el aumento de peso”.
  2. El veganismo provoca déficits nutricionales
    Si sigues una dieta vegana, ¿significa que tarde o temprano sufrirás síntomas de carencias nutricionales? Esto es también un mito, ya que una dieta vegana equilibrada puede aportar todos los nutrientes necesarios. Siempre depende de lo variada que sea la alimentación de una persona.

Es importante asegurarse de seleccionar alimentos saludables y tomar vitamina B12 si es necesario. Este nutriente se encuentra principalmente en los productos animales y su carencia puede provocar graves problemas de salud. Por lo tanto, puede ser útil tomar vitamina B12 como suplemento dietético o elegir alimentos enriquecidos con B12.

El suministro de ácidos grasos omega-3 también puede resultar difícil para las personas veganas. El EPA y el DHA se encuentran principalmente en el pescado azul. Sin embargo, los veganos pueden utilizar el aceite de algas como fuente de EPA y DHA. Las semillas de lino, la chía y las nueces, por su parte, pueden contribuir al aporte de ácido alfa-linolénico (ALA), importante en la prevención de problemas cardiovasculares, especialmente infartos, hipertensión, colesterol alto y aterosclerosis.

  1. Hay que tomar proteínas justo después de entrenar
    Tomar proteínas después de un entrenamiento puede favorecer la reparación muscular, pero el concepto de que hay que ingerirlas lo antes posible es un mito. Según la teoría de la ventana anabólica, en el periodo comprendido entre 30 minutos y dos horas después del entrenamiento, el organismo debería estar especialmente receptivo a las proteínas y los nutrientes. Sin embargo, estudios realizados en los últimos años han demostrado que esta ventana es más amplia y flexible de lo que se suponía en un principio. Los resultados de una investigación del Journal of the International Society of Sports Nutrition, por ejemplo, indican que lo importante no es cuándo consumen proteínas los deportistas, sino si el organismo recibe un aporte adecuado a lo largo del día.

Sin embargo, existe una excepción. En el caso de las personas que entrenan varias veces al día, puede ser útil reponer las reservas de proteínas poco después del entrenamiento para ayudar a la recuperación.

  1. El gluten no es saludable
    El gluten, un complejo proteínico de origen vegetal que se encuentra en cereales como el trigo, la cebada y el centeno, ha recibido mucha atención en los últimos años. A menudo se nos dice que provoca reacciones inflamatorias en el organismo, pero los estudios científicos demuestran que esto solo es cierto para las personas celíacas (que padecen una reacción permanente y autoinmune al gluten), alergia al trigo o intolerancias específicas.

Por tanto, en sí mismo, el gluten no es un problema para la mayoría de las personas. Además, una dieta sin gluten no es necesariamente más sana, ya que los productos «sin gluten» suelen contener más azúcar, grasa y sal que los convencionales para imitar la textura y el sabor de estos últimos.

  1. Las dietas detox ayudan a depurar el organismo
    Las dietas detox –o depurativas, que van desde la ingesta de zumos drenantes hasta suplementos específicos o el ayuno– se presentan a menudo como una solución para limpiar el organismo de sustancias nocivas, al tiempo que contribuye a un mejor funcionamiento de los órganos y se mejora la salud y el bienestar general.